jueves, 27 de noviembre de 2014

Escaños Vacíos

Matías Prats trabaja 40 minutos al día, 5 días a la semana, es decir, tiene una jornada de poco más de 3 horas semanales. Pepa Bueno trabaja algo más, 4 horas diarias de 6 a 10 de la mañana, no está mal la jornada. Pablo Motos presenta El Hormiguero en torno a una hora diaria 4 días por semana; en un cálculo rápido sería 7 días al año. Carlos Herrera, con sus “fósforos” echa algunas horas más que Pepa Bueno, digamos 6 horas diarias. No está mal, se acerca a las 8 del común de los trabajadores. ¿Y el Gran Wyoming? Del estilo de Pablo Motos. Por una importante cantidad de dinero, trabaja unas 5 horas a la semana. ¿Y si hablamos de alguno de sus colaboradores? Pues calculo que en algún caso, no llega a 10 minutos diarios. ¿Y Francino o Julia Otero que no tiene que madrugar? ¿Qué trabajan? ¿De 16h a 20h? ¿Y qué me dicen de Isabel Gemio? ¿Que trabaja 2 días a la semana de 8 a 12? ¿Y Ferreras? Debe estar bien eso de entrar a trabajar a las 12:30 y tras hora y medio de programa AL ROJO VIVO para casa.

¿Cómo llego a semejante conclusión? Es un proceso simplón y deductivo que consiste en asumir como trabajo sólo las horas que los veo o los escucho.
Pero lo importante es: ¿Es cierto lo que estoy diciendo? Pues NO, es absolutamente falso.

Me consta que quienes dirigen un programa en directo desde las 6am, están mucho antes en su puesto y desde luego no se van según acaban. Por no hablar de las dificultades de conciliación cuando uno debe acostarse cuando todavía su familia ni ha cenado.

Y qué decir de los presentadores de El Hormiguero o El Intermedio. Es absurdo pensar que detrás de esos guiones y secciones no hay horas de trabajo que los televidentes no vemos. Como es absurdo pensar que preparar un telediario o un programa de actualidad vespertino no tiene un trabajo de análisis, contraste y preparación en el que también participa quien lo presenta y dirige.

Como imagina querido lector, esto viene a cuento de la manipulación -una vez más- de una foto en la que se ve (esta vez) el hemiciclo del Senado sustancialmente vacío mientras un orador habla (foto arriba). No es la primera vez. No es la primera vez que un medio o un periodista hacen una foto similar, (y no me olvido de aquella ocasión que con idéntica intención hizo lo propio Toni Cantó). 

Vaya de antemano una premisa que reconozco. Mucha de la crítica que recibimos quienes nos dedicamos a la política no sólo es justa y merecida sino que nos la hemos ganado a pulso. Y desde luego, a día de hoy, puedo entender que hay motivos y casos justificados que dan pie a críticas por parte de medios, periodistas y ciudadanos. Y es cierto que en muchos momentos, cuando se tratan temas sectoriales están principalmente los representantes que “llevan esos temas” y es cierto que cuando hay Pleno en una Cámara no hay Comisiones. 

Pero no es menos cierto que durante largas sesiones parlamentarias, los diputados y senadores aprovechan para hacer trabajo en despacho, tener reuniones de trabajo, recibir ciudadanos, colectivos etc. Y no es menos cierto que cuando las luces del Plenario están apagadas, los representantes públicos siguen haciendo un trabajo que muchas veces no recogen los medios

Por eso no me parece justo que una foto, en un determinado momento (sea un debate medioambiental o sobre desahucios), sirva para juzgar el trabajo y el compromiso de los representantes públicos.

Pero lo que realmente me indigna es que, de la misma manera que aquellos que ostentamos un cargo de representación sabemos que el trabajo de las caras más visibles en los medios de comunicación, va más allá de lo que aparecen en nuestras TV o escuchamos en nuestras radios, los cronistas parlamentarios saben igualmente cual es la realidad del día a día en una Cámara. La diferencia es que mientras nosotros reconocemos su trabajo y no hacemos demagogia (como en el inicio de este post), algunos de ellos no sólo no reconocen el nuestro, sino que manipulan interesadamente la realidad con no se qué fines.

En fin, como he dicho, seguro habrá motivos de sobra para criticar a los políticos, a los partidos, a las instituciones. Pero torcer la realidad, y hacer demagogia a costa de una foto malintencionada, no contribuye a mejorar nuestra democracia ni creo que ese sea el objetivo de quienes las difunden. Allá cada uno con sus intenciones. Es evidente que han conseguido unos cuantos RT y han ocupado unos minutos en alguna de esas tertulias sesudas del espectro radioeléctrico. Enhorabuena.


PD. En la noche del 26 al 27 de noviembre, el senador socialista por Burgos @Ander_Gil tuiteó la siguiente foto a las 0:54h. Se estaban votando algo tan nimio y poco importante como los Presupuestos del Estado. Tuvo a bien hacer esta foto, ya que no había ningún fotógrafo que recogiera dicho momento. Qué lástima ¿no?