No lo entiendo. Y por más que me lo explican sigo sin entenderlo. Y cuando leo los argumentos de quien defiende semejante chorrada más loco me vuelvo. Me refiero a la proposición para que en el Senado se usen otras lenguas autonómicas y se instale un sistema de traducción simultánea.
En España somos privilegiados porque, sí, en diversas CC.AA el castellano o español convive con otras lenguas igualmente oficiales en esas regiones, un hecho que es motivo de orgullo y que nos enriquece. Lamentablemente hay quienes han confundido la promoción y la defensa (justa y necesaria) de esos idiomas autonómicos con su imposición cuando no ataque sobre el castellano. Pero sobretodo somos privilegiados al poseer una lengua que es oficial en diecinueve países en América, además de en España y en Guinea Ecuatorial. Una lengua que se habla en los cinco continentes y que según recientes estudios comparten cerca de 500 millones de personas.
No nos engañemos. Esta iniciativa no responde a un interés de mejorar la convivencia entre lenguas. No. Esta iniciativa es traída por senadores nacionalistas que sólo miran el interés del proyecto nacionalista que dicen defender a costa de socavar cualquier elemento que suene a España. Y es apoyada, una vez más, por un PSOE que cada semana hace geometría variable en Congreso y Senado, esta vez a costa del idioma común.
Porque eso y no otra cosa es el castellano, el idioma español, es el idioma común de todos los españoles. Y en la cámaras en las que reside la soberanía nacional (Congreso y Senado) aparte de cuestiones legales y/o constitucionales, tiene toda lógica que se use el idioma oficial en el conjunto del país, en el conjunto de nuestra nación; el castellano.
La traducción surge para lograr el entendimiento entre quienes hablan diferente idioma pero, si todos compartimos el español ¿qué motivo hay para rechazarlo entre quienes lo comparten?
En los parlamentos de aquellas Comunidades Autónomas que tiene otra lengua oficial además del castellano, suelen convivir las dos, incluso últimamente se ha impuesto (por ley o por costumbre) el uso de dicha lengua. Es ahí donde son co-oficiales no en el resto de España (art.3.2 de la Constitución).
Y todo ello sin entrar en otras consideraciones que van desde la irresponsabilidad de un desorbitado gasto innecesario en tiempos de crisis o como ha dicho nuestro Senador (Van Halen) el ridículo a nivel mundial que haría España si el presidente del Gobierno, los ministros y todos los que intervienen ante el Senado, tuvieran que comparecer provistos de un auricular, en una Cámara en la que todos compartimos un mismo idioma.
A día de hoy desconozco como acabará el tema y hasta donde llegará la irresponsabilidad del PSOE. En fín… surrealista… como este video: