lunes, 12 de junio de 2017

Cómo se cuentan las cosas

Tras el fracaso de la moción circo de Podemos en la Asamblea de Madrid, los diputados de PODEMOS siguen quejosos por haber constatado que el PP no se va a quedar callado antes sus insultos, insidias e infamias.

Tanto en redes sociales como en algunos digitales se ha puesto el foco de manera interesada en la respuesta del Portavoz del GPP Enrique Ossorio obviando que, lo que aireó su respuesta fueron los insultos personales hacia su persona.

Desde el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid somos conscientes de los errores cometidos en los últimos años y hemos pagado (y seguimos pagando) en imagen, electoralmente e incluso en el plano personal, los presuntos delitos cometidos por otros compañeros. No obstante, estamos acostumbrados, (y en el 90% de las ocasiones no respondemos) a aguantar los gestos y ataques de los miembros y miembras de PODEMOS, sus generalizaciones contra nuestro grupo, nuestro partido e incluso el conjunto de nuestros militantes. Siempre amparados por la inmunidad que les da el ámbito parlamentario.

El pasado jueves con el circo-moción no fue un hecho aislado. Por eso, al inicio de su intervención, el Portavoz Ossorio cuestionó este afán generalizador de PODEMOS, y explicó que lo que hacía PODEMOS le daría pie, a él, a considerar a este Partido con las calificaciones que tendría casos que afectan (condenas incluidas) a dirigentes de PODEMOS. Fue cuando la nefasta candidata (la gran derrotada de esa jornada sin duda), aludió a un sensible tema personal que fue desestimado por la propia justicia. Podría sorprender que una diputada use un hecho desestimado por la justicia, debería sorprender aún más viniendo de una abogada. Pero no sorprende si viene de quien, allí mismo, se ratificó en que durante su pasado como abogada de delincuentes, la mayoría de la Policía y la Guardia Civil tortura.

Siguió por tanto Ossorio haciendo un repaso de todos esos casos de dirigentes de Podemos y argumentando que, si PODEMOS acusaba a todo el Grupo Popular de una conducta individual, él consideraría a PODEMOS en los mismos términos. Y sí, ahí se oyeron calificativos gruesos. El problema no es el calificativo. Es entendible que haya quienes no estén acostumbrados a ver ese tono en el PP y menos en alguien tan serio como nuestro Portavoz. El problema es que hay quienes tienen la piel muy fina para aguantar, pero la lengua muy larga para soltar. Pero el orden de los acontecimientos fue ese.

Finalmente, el Secretario General de PODEMOS, acusó directamente a Ossorio de “robar”. No era un manido ataque global, no era una generalización más. Fue una petición expresa de palabra que Espinar usó para hacer una acusación personal, un ataque ad homine. Fue cuando Ossorio se limitó a pedirle que se retractara o abandonaría el Pleno. Espinar, de manera cobarde, no se reafirmó en las palabras, ni las reconoció sino que se fue por “peteneras”. Ahí Ossorio decidió abandonar el hemiciclo y detrás de él todo su grupo. Por supuesto que sí.

Así pasó, así está en el Diario de Sesiones y así está en los videos. Luego se puede intentar cambiar el orden de los factores, o poner el foco en las respuestas antes que en los ataques iniciales.  


La realidad es que personalmente poco me importan las críticas sobre esta polémica o que los diputados de PODEMOS sigan lamiéndose la herida y tratando de ganar un debate que perdieron desde el momento en el que presentaron la moción. Lo que deben de tener claro los diputados de PODEMOS es que tendrán oportuna respuesta a cada insulto.