Tras el fracaso de la moción
circo de Podemos en la Asamblea de Madrid, los diputados de PODEMOS siguen
quejosos por haber constatado que el PP no se va a quedar callado antes sus
insultos, insidias e infamias.
Tanto en redes sociales como en
algunos digitales se ha puesto el foco de manera interesada en la respuesta del
Portavoz del GPP Enrique Ossorio obviando que, lo que aireó su respuesta fueron
los insultos personales hacia su persona.
Desde el Grupo Popular en la
Asamblea de Madrid somos conscientes de los errores cometidos en los últimos
años y hemos pagado (y seguimos pagando) en imagen, electoralmente e incluso en
el plano personal, los presuntos delitos cometidos por otros compañeros. No
obstante, estamos acostumbrados, (y en el 90% de las ocasiones no respondemos)
a aguantar los gestos y ataques de los miembros y miembras de PODEMOS, sus generalizaciones
contra nuestro grupo, nuestro partido e incluso el conjunto de nuestros
militantes. Siempre amparados por la inmunidad que les da el ámbito
parlamentario.
El pasado jueves con el
circo-moción no fue un hecho aislado. Por eso, al inicio de su intervención, el
Portavoz Ossorio cuestionó este afán generalizador de PODEMOS, y explicó que lo
que hacía PODEMOS le daría pie, a él, a considerar a este Partido con las calificaciones
que tendría casos que afectan (condenas incluidas) a dirigentes de PODEMOS. Fue
cuando la nefasta candidata (la gran derrotada de esa jornada sin duda), aludió
a un sensible tema personal que fue desestimado por la propia justicia. Podría
sorprender que una diputada use un hecho desestimado por la justicia, debería
sorprender aún más viniendo de una abogada. Pero no sorprende si viene de
quien, allí mismo, se ratificó en que durante su pasado como abogada de
delincuentes, la mayoría de la Policía y la Guardia Civil tortura.
Siguió por tanto Ossorio haciendo
un repaso de todos esos casos de dirigentes de Podemos y argumentando que, si
PODEMOS acusaba a todo el Grupo Popular de una conducta individual, él
consideraría a PODEMOS en los mismos términos. Y sí, ahí se oyeron
calificativos gruesos. El problema no es el calificativo. Es entendible que
haya quienes no estén acostumbrados a ver ese tono en el PP y menos en alguien
tan serio como nuestro Portavoz. El problema es que hay quienes tienen la piel
muy fina para aguantar, pero la lengua muy larga para soltar. Pero el orden de
los acontecimientos fue ese.
Finalmente, el Secretario General
de PODEMOS, acusó directamente a Ossorio de “robar”. No era un manido ataque global,
no era una generalización más. Fue una petición expresa de palabra que Espinar
usó para hacer una acusación personal, un ataque ad homine. Fue cuando Ossorio
se limitó a pedirle que se retractara o abandonaría el Pleno. Espinar, de
manera cobarde, no se reafirmó en las palabras, ni las reconoció sino que se
fue por “peteneras”. Ahí Ossorio decidió abandonar el hemiciclo y detrás de él
todo su grupo. Por supuesto que sí.
Así pasó, así está en el Diario de
Sesiones y así está en los videos. Luego se puede intentar cambiar el orden de
los factores, o poner el foco en las respuestas antes que en los ataques iniciales.
La realidad es que personalmente
poco me importan las críticas sobre esta polémica o que los diputados de PODEMOS
sigan lamiéndose la herida y tratando de ganar un debate que perdieron desde el
momento en el que presentaron la moción. Lo que deben de tener claro los
diputados de PODEMOS es que tendrán oportuna respuesta a cada insulto.
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