miércoles, 24 de mayo de 2017

La cacería contra Cifuentes (*)

La filtración interesada de la inclusión de la Presidenta Cifuentes en las investigaciones de la UCO sobre los contratos de la cafetería en la Asamblea de Madrid, dio paso al clásico movimiento de hienas y buitres en busca de carroña. Rápidamente los grupos de la oposición iniciaron una carrera a ver quién elevaba más el listón de la exigencia de responsabilidades. Les duró poco, unas horas, el tiempo que tardó el juzgado en aclarar que esa información había sido valora y desechada por el juez al no ver indicios de delito y, por tanto, afirmar que Cifuentes no estaba siendo investigada. Pero el daño estaba hecho y los grupos de la oposición no podían bajarse de ese carro ni renunciar a la manipulación de los hechos que ya habían iniciado.

Han forzado una sesión extraordinaria de la Comisión el 2 de junio con el único objeto de que Cifuentes pase por una especia de tribunal inquisitorial, ella sola. El Grupo Popular en ningún momento se opuso a su comparecencia, pese al intento del Portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado de hacer creer lo contrario. Mintió, como suele hacer habitualmente al objeto de lograr un titular demagogo y populachero. El Grupo Popular expuso que habiendo dos sesiones previstas en junio y conociéndose los hechos desde septiembre, no había motivos para la urgencia más allá del oportunismo que algunos están demostrando, pero en ningún caso nos opondríamos a dicha comparecencia, es más, la Presidenta registró su comparecencia a petición propia para ser llamada tan pronto la Comisión determinara.

Pasado el trámite reglamentario de habilitar dicha sesión, los grupos de la oposición se fajan en estos momentos en mantener su estrategia de someter a la Presidenta a una sesión en la que sólo comparezca ella sola. Como Portavoz del Grupo Popular en esta Comisión, estoy acostumbrado a ver cómo se sortean las normas de la misma, el propio Reglamento, cómo nos saltamos el Plan de Trabajo, se sobrepasan los límites de la cortesía parlamentaria o se retuerce la verdad, todo ello con la permisividad de una Presidencia de la Comisión que actúa a interés de su partido y unos servicios jurídicos que cada día que pasa no salen de su asombro.

En esta ocasión parece van a dar un paso más. No sólo fuerzan una sesión extraordinaria para que Cifuentes haga “el paseíllo”, sino que pretenden que nada tape semejante espectáculo circense. El Grupo Popular ha planteado 11 posibles comparecientes que tuvieron, en algunos casos, un papel similar al de la entonces VicePresidenta de la Asamblea. Podían haber sido más, pues hasta 30 personas participaron en dicho proceso. Pero a los adalides de la regeneración, a la izquierda radical y a una PSOE sin rumbo y a rebufo de Podemos, no les interesa. Por primera vez desde que arrancó esta Comisión, no se aborda un tema, sino a una persona, es una sesión ad homine, por primera vez los grupos parlamentarios no quieren oír voces, no quieren documentación, por primera vez no vamos del nivel técnico al máximo nivel político, vamos directamente a por la “pieza a batir”. Sólo quieren una cosa: sentar a Cifuentes en la Comisión. Conocer la verdad, comprobar los hechos y contrastar opiniones se lo dejan a otros. Ellos van de cacería.

Supongo que es una batalla perdida. Quienes quieren acabar con el PP o no asumen los resultados de las urnas, no se van a andar con nimiedades normativas que debiliten sus ataques, y quienes deben contarlo, los medios de comunicación, no van a renunciar, legítimamente, a una oportunidad que es noticia seguro y garantiza, minutos de televisión, y miles de clicks.

Pero la realidad es muy clara. En la Asamblea de Madrid una mayoría parlamentaria, es capaz de cometer una aberración democrática sin precedentes. Mañana jueves, la Mesa y Portavoces de la Comisión deberá decidir si permite la legítima propuesta del Grupo Popular de incorporar otros comparecientes. Negarlo definitivamente sería inaudito. En ese caso, el resto de partidos y sus portavoces deberán explicar muy bien por qué no quieren oír otras voces, qué temen que diga un técnico, un representante del PSOE o de IU, o un funcionario. Porque no me negarán que resulta bastante curiosos, sospechoso (y hasta bochornoso) que, en estos momentos, se vaya a cuestionar la figura de quien precisamente es hoy Presidenta de la Comunidad y Presidenta del PP de Madrid, una mujer que cuando ve irregularidades las pone en conocimiento de la justicia, una política que, según últimas encuestas, tiene el apoyo del 63% de los madrileños, un porcentaje muy superior a los apoyos que obtuvo el PP en mayo de 2015. Pero seguro que es casualidad, que todo esto nada tiene que ver.

Nota Final. Desde que se iniciaron los trabajos de la Comisión de Investigación en la Asamblea de Madrid, el Grupo Popular no se ha negado a tratar ningún tema ni a la comparecencia de ninguno de las personas registradas por resto de Grupos. Es lo que lleva buscando la oposición constantemente y no consiguen. En un ejercicio de responsabilidad, intentamos que los trabajos de la Comisión respeten las normas y se hagan con rigor y responsabilidad, pero nunca nos hemos negado a tratar absolutamente nada. Si el resto de grupos censuran el derecho legítimo del grupo que representa a un mayor número de madrileños a llamar a comparecientes, será un salto muy elevado en la deriva de los trabajos de la Comisión, sus resultados y sus procedimientos, incluso la legitimidad con la que actúan el resto de grupos estará sin duda cuestionada.

Alfonso Serrano
Portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Investigación sobre Corrupción en la Asamblea de Madrid
(*) Artículo publicado el 24 de mayo en madridiario.es 

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