Desconozco en qué quedará todo lo que está saliendo estos días sobre tramas y otras cuestiones relacionadas con el Partido Popular. Como ha dicho Mariano Rajoy, el PP será inflexible con quienes hayan cometido un delito y ya se han tomado las primeras decisiones en el PP de Madrid. (Seguimos esperando que Touriño en Galicia de la cara y que otros medios de comunicación tan aficionados a la investigación periodística, tengan el cuajo de hacerse eco de estos gastos sin justificar en épocas de crisis).
También creo en la libertad de prensa y todo medio es libre de aprovechar la oportunidad que se le brinde y (dentro de las normas deontológicas que haya que cumplir) publicar la información que crea conveniente sobre un asunto u otro. Las exclusivas o el acceso a información privilegiada es una herramienta del periodismo desde sus orígenes. Es parte del juego y perfectamente válido. Lo que no es válido es que los Gobiernos o los poderes del Estado los utilicen – a los medios- para beneficio de un partido político.
Aquí hay que separar dos cuestiones muy diferentes. Por un lado están los hechos en sí, las posibles tramas y demás. Que se investigue, que si hay algo que se juzgue y se deriven las responsabilidades que toquen. Pero al mismo tiempo hay un oportunismo y una intencionalidad en quien tiene la información, quien se la ha dado para que la publique y con que intención.
No es la primera vez que Fiscalía (Pumpido), Ministerio (Rubalcaba) y Audiencia Nacional (Garzón) sacan a la luz un tema espinoso para el PP, ya sea por el momento electoral o para tapar algún escándalo del PSOE. ¿No son demasiadas coincidencias siempre?
No es de recibo que cuestiones que –repito – SÍ, deben ser investigadas y juzgadas si es el caso, pero que son secreto sumarial aparezcan por entregas en un determinado medio de comunicación. Esa información está en manos de quien está y es su responsabilidad custodiarla.
No es normal que cuando un caso de estos atañe al PSOE, la Fiscalía Anticorrupción ni se entere o mire a otro lado, como ha pasado con el video (y aquí no hay opiniones son pruebas clarísimas) de un Alcalde del PSOE recibiendo dinero de un constructor, con todo lo que ha salido de Ciempozuelos, o en Pinto, o el lío de la Cajas en Andalucía.
La confianza en los poderes del Estado y en las instituciones que deben velar por el correcto funcionamiento de nuestro sistema político, es básica para la salud de nuestra democracia. Pero cuando alguna de esas instituciones parecen funcionar al dictado de un Partido político, se quiebra esa confianza.
También creo en la libertad de prensa y todo medio es libre de aprovechar la oportunidad que se le brinde y (dentro de las normas deontológicas que haya que cumplir) publicar la información que crea conveniente sobre un asunto u otro. Las exclusivas o el acceso a información privilegiada es una herramienta del periodismo desde sus orígenes. Es parte del juego y perfectamente válido. Lo que no es válido es que los Gobiernos o los poderes del Estado los utilicen – a los medios- para beneficio de un partido político.
Aquí hay que separar dos cuestiones muy diferentes. Por un lado están los hechos en sí, las posibles tramas y demás. Que se investigue, que si hay algo que se juzgue y se deriven las responsabilidades que toquen. Pero al mismo tiempo hay un oportunismo y una intencionalidad en quien tiene la información, quien se la ha dado para que la publique y con que intención.
No es la primera vez que Fiscalía (Pumpido), Ministerio (Rubalcaba) y Audiencia Nacional (Garzón) sacan a la luz un tema espinoso para el PP, ya sea por el momento electoral o para tapar algún escándalo del PSOE. ¿No son demasiadas coincidencias siempre?
No es de recibo que cuestiones que –repito – SÍ, deben ser investigadas y juzgadas si es el caso, pero que son secreto sumarial aparezcan por entregas en un determinado medio de comunicación. Esa información está en manos de quien está y es su responsabilidad custodiarla.
No es normal que cuando un caso de estos atañe al PSOE, la Fiscalía Anticorrupción ni se entere o mire a otro lado, como ha pasado con el video (y aquí no hay opiniones son pruebas clarísimas) de un Alcalde del PSOE recibiendo dinero de un constructor, con todo lo que ha salido de Ciempozuelos, o en Pinto, o el lío de la Cajas en Andalucía.
La confianza en los poderes del Estado y en las instituciones que deben velar por el correcto funcionamiento de nuestro sistema político, es básica para la salud de nuestra democracia. Pero cuando alguna de esas instituciones parecen funcionar al dictado de un Partido político, se quiebra esa confianza.
Repito, que se investigue lo que se tenga que investigar. Pero para que yo crea en un sistema, quiero ver que mi prójimo se somete a los mismos controles que yo, y que sus actos tienen las mismas consecuencias que los míos. ¿Es mucho pedir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario