Parece que se han puesto de acuerdo. Los dos periódicos fieles al progresismo Zapateril califican la decisión del PP de apoyar la manifestación contra las modificaciones de la Ley del Aborto como una “claudicación” ante sectores ultras –esa palabra les encanta – ultracatólicos, ultraconservadores bla bla bla.
Como dijo Rajoy en la Junta Directiva de ayer, esa manifestación no está convocada por ningún partido, ni ninguna confesión religiosa. Está convocada por diversas asociaciones y plataformas ciudadanas. (Vale, seguro que ninguna de las convocantes cree que un feto de 20 semanas es un helecho en vez de un ser vivo y eso para quienes defienden el pensamiento zapateril es un delito)
Obviamente, como en toda manifestación habrá de todo; gente contra las modificaciones propuestas, otros que aprovecharán para gritar en contra del aborto en general, a otros les valdrá de excusa para criticar al Gobierno… Están en su derecho.
Como estaban y siguen estando en su derecho importantes dirigentes del PSOE que mostraron su postura contraria en los mismos aspectos que rechaza el PP: ley de plazos y necesidad de consentimiento/conocimiento paterno/materno para el aborto.
¿Son esos dirigentes socialistas unos ultras? No lo creo. Pero a nosotros nos espera un mes en el que la progresía nos va a dar estopa por defender algo que comparte la mayoría de ciudadanos: el sentido común.
1 comentario:
La verdad es que me resulta curioso que, con el tema de la modificación de la ley del aborto, haya gente que haya querido rescatar el debate del aborto si ó aborto no.
He de decir que si que estoy deacuerdo en que se revisen los dos puntos de la futura ley que has mencionado. Eran quizá los puntos mejorables de una ley, que pese a todo, tampoco era tan mala como para criticarla en su totalidad. De todas maneras, el sentido común es el menos común de los sentidos.
Con respecto a lo de ultra... en fin. Me parece respetable que el grupo socialista quiera defender su postura ante esta ley y otras cosas (como es lógico. También lo hace el grupo popular). Pero hay formas y formas. Y la descalificación (que no es más que una forma de violencia verbal), es el argumento de los que no tienen otro.
De todas maneras, todo esto me recuerda a un libro fantástico, escrito por Antoni Brey, Daniel Innerarity y Gonçal Mayos, titulado "la sociedad de la ignorancia" (Se puede bajar gratuitamente de internet, bajo licencia copyleft). En la explicación correspondiente a Gonçal Mayos habla de que, ante la falta de soluciones técnicas, o la imposibilidad de trasladar estas al gran público, se recurre a una política "emocional" en la que el objetivo es más provocar una reacción entre los más aferrimos del partido, más que el buscar soluciones al problema. ¿Estará en lo cierto?
Saludos.
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