viernes, 11 de diciembre de 2009

En el mes que celebramos el nacimiento del Niño, el protagonista es Herodes.

Debo reconocer de antemano que mi posición personal sobre el aborto es, posiblemente, más permisiva que la de muchos compañeros y amigos. Pero no por ello puedo estar a favor de una reforma que va en contra del sentido común y de principios tan básicos como la defensa de la vida.

Esto no tiene nada que ver con religiones por mucho que quienes se alegran y defienden esta reforma, traten de etiquetar a quienes nos oponemos, como necon, retrógrados y demás lindezas. Hay mucha gente que, al margen de creencias religiosas, no entiende una reforma que, ni era demandada, ni iba en un programa electoral, ni sirve para lo que, en teoría todos queremos, reducir el numero de embarazos no deseados así como el de abortos.

Pero lo peor de esta ley, es que el trámite parlamentario, está sirviendo para radicalizarla aún más, así como para enmascarar cuestiones polémicas que casi nadie comparte (salvo quien saca beneficio económico de ello).

No sabemos porqué el PNV acepta lo que dijo que no aceptaría. Que se exija conocimiento de los padres a menores, sólo en caso de que dicho conocimiento no suponga un problema para los menores es crear un coladero. ¿Qué es problema? ¿una regañina, una discusión? ¿Quién evaluará eso?

También sabemos que quienes estudien carreras vinculadas a la salud, deberán conocer como practicar abortos… Sin duda será una clase la mar de reconfortante para quienes con sus estudios pretende curar y salvar vidas…

Pero lo que nos devuelve a épocas pasadas, lo que nos trae recuerdos de las peores estigmatizaciones es la obligación de que el personal sanitario que quiera objetar contra el aborto tendrá que hacerlo de manera individual y por escrito. Es decir, tendremos listas negras de quienes se nieguen a practicar a abortos. ¿Porqué no al revés? ¿porqué no una lista en la web de turno, por provincias con quienes se quieran mostrar dispuestos a ello?

En fin, a pocos días del comienzo de la Navidad, fecha en la que celebramos el Nacimiento del Niño Jesús – y no otra cosa – no paramos de hablar de cómo mejorar la técnica y las facilidades, no para evitar reducir un auténtico drama para miles de mujeres, sino para quitarle valor a ese problema, desdramatizarlo y mejorar la seguridad jurídica de quienes se lucran con ello. Para ellos si serán unas buenas Navidades.

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Yo estoy en contra del aborto, así como estoy en contra de la pena de muerte y de otras atrocidades.

Por cierto, hay corruptos en el gobierno español. Pase por mi bitácora y lo verá.

ALFONSO SERRANO dijo...

Gracias por tu comentario. Te visitaré.

Un saludo