Ayer pusimos el broche final a 3 días intensos de Convención Nacional. Es el momento del Balance, pero tampoco quiero que este post sea algo denso por lo que compartiré algunas ideas:
Una convención en la que los protagonistas no eran los políticos sino la sociedad. Estamos a más de 2 años de las Elecciones Generales, y antes que ponernos a hacer un programa es necesario escuchar. Por este motivo, quienes protagonizaron las mesas y los foros abiertos no sólo no eran personas vinculadas al PP, sino profesionales y expertos que, en algunos casos, piensan completamente diferente a nosotros. Y sus ideas deben ser escuchadas y enfrentarla a las nuestras. El hecho de que quisieran participar fue un éxito y su inclusión en el Programa un acierto.
Una Convención abierta, dinámica y plural. Los formatos elegidos crearon en algunos momentos una sensación de “caos organizado”. Ese era el objetivo; que un participante, atendiendo al programa, optara entre asistir a una Mesa sobre Kyoto, participar en un foro abierto sobre investigación en España, o escuchar al fundador de Tuenti (por cierto, el Encuentro con líderes del 2.0 está dando que hablar en el mundillo bloguero).
Un guiño a Cataluña. Compartir con los compañeros del PPC unos días me ha enseñado lo difícil que es hacer política y salirte del guión orwelliano que marca la dirigencia catalana. No se trata de que la imagen de la convención tuviera en Gaudí su inspiración, o de que contáramos con profesionales de la sociedad catalana. Se trata de que en esta época de crisis hay un enorme abismo entre lo que dice la clase política que dirige Cataluña y lo que piensa la ciudadanía. Hay espacio para el PP en Cataluña y podemos ser decisivos en las próximas Elecciones. Me quedo con una frase de Alicia de su discurso de ayer “Pedimos al nacionalismo catalán en Cataluña, el mismo respeto a nuestras ideas que ellos exigen a los grandes partidos en el Parlamento Nacional”.
Un discurso de estado para afrontar los retos del futuro. El discurso de Rajoy fue impresionante. Al margen de los mensajes en clave interna –también necesarios- Rajoy apeló a la necesidad que tiene España de un proyecto serio, que se preocupe de lo importante, que se adapte a la realidad, pero que sea capaz de prever los retos del mañana. Ayer vimos a un Rajoy tranquilo y confiado, así como dispuesto a asumir el liderazgo de un cambio que cada día es más evidente y más necesario en España.
A partir de aquí, toca seguir escuchando y fortaleciendo este proyecto. No se si vendrán nuevas olas adversas, pero si somos capaces de mantener la mirada al frente y evitamos caer en las trampas que otros quieran poner en el camino, sin duda vendrán nuevos éxitos.
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