Un político debe enfrentarse a menudo a dudas morales y éticas a lo largo del ejercicio de su actividad política. En los últimos años, por obra y gracias de nuestro acabado Presidente ZP, la actualidad política ha vivido diversos episodios en los que concejales, diputados y senadores han tenido que sopesar los principios que sustentan el proyecto político que defienden y los valores que orientan su propia acción política. Aborto, eutanasia, velo, matrimonio gay, educación de los niños… son algunos ejemplos de estos episodios en los que la conciencia personal de los diputados socialistas quedaba supeditada al proyecto personal (y de afán de separar y dividir a los españoles) que lideraba Zapatero.
Eran temas importantes, asuntos de calado y sin duda, con un importante componente moral, ético y de conciencia. Pero No. Primaba el proyecto del líder o si quieren del Partido. A mí no me parece mal. Existen órganos de debate en el seno de los partidos para debatir, consensuar posiciones y, finalmente, adoptar una postura si no de consenso, al menos mayoritaria. Por eso, al margen del miedo porque le pasen a uno por la guillotina de Ferraz si se salta la orden, entiendo que una amplia mayoría de la dirección socialista (que no amplia mayoría social) apoyaba esas posiciones.
Ahora, con la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, los socialistas han encontrado una excusa para no mojarse: la conciencia. ¿Es creíble que un partido tenga una postura sobre el aborto y no sobre las corridas de toros? ¿Puede la dirección socialista imponer o consensuar en su seno, una postura sobre el matrimonio gay pero no sobre si debe haber o no libertad para quien quiera asista a una corrida de toros?
El problema –cada día más evidente- es que el PSOE y el PSC sólo tienen en común la P y la S. Y es que en el PSC cada día cobran más protagonismo las posturas cercanas al nacionalismo fruto de sus propios complejos. Que el PSC asuma cada día postulados que se acercan más a CiU o a ERC que al propio PSOE no depende de uno o dos artículos del Estatut, sino que realmente se consideran una nación (como los nacionalistas), en la que su proyecto político es independiente del proyecto del PSOE y por tanto, huyen de todo lo que signifique España. Y cuando digo huyen de todo lo que signifique España me refiero a símbolos, himnos o tradiciones como las corridas de toros.
Es legítimo, pero que lo digan claramente. Que son un partido distinto y que, por tanto, el PSOE no tiene representación en Cataluña. Yo creo que es compatible ser catalán, creer en una Cataluña en la actual España Constitucional y creer que, esta, es la mejor vía para generar bienestar y riqueza para sus ciudadanos. Visto lo visto (y no hablo sólo de los toros) está claro que esa postura, que tiene muchos apoyos en Cataluña, es únicamente defendida por el Partido Popular. Y me siento orgulloso de ello.
Pero volviendo a los toros, no podemos olvidar que este debate de antitaurinos, nunca podría haber llegado hasta aquí sin el apoyo, el impulso y la cobertura de nacionalistas y separatistas catalanes que han visto la oportunidad de cargarse lo que –según ellos- es un símbolo españolista en la Cataluña de los “corre bous”. Por lo tanto ya no es un debate de antitaurinos con protaurinos. Es otra cosa. Por eso yo espero que el sentido común se imponga y que muchos de esos diputados del PSC que están a favor de los toros impongan su mayoría en la votación ya que su partido ha sido incapaz de decir lo que muchos piensan por miedo, vergüenza o complejos.
P.D. De aprobarse la famosa iniciativa, sólo nos quedará Youtube para ver esto:
4 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo con la primera mitad de la entrada, y más en desacuerdo con la segunda mitad.
¿Por qué mezclar - siempre - política con los derechos de los animales?
Los que no creemos en las identidades colectivas, pero sí preferiríamos la prohibición del toreo, ¿dónde nos sitúa la (falsa) identificación de antitaurinos con catalanistas? ¿se puede querer la prohibición del toreo y los correbous con independencia de las ideas políticas?
Ismael, antes que nada gracias por tu comentario.
Y entrando en "suertes" te digo. Estoy totalmente de acuerdo contigo. De hecho digo en el post que ésto que se debate hoy no es sobre los toros es otra cosa que tiene como excusa los toros.
Por supuesto que puedes estar contra los toros y los correbous. El problema es que aquí se debate de las corridas y se deja al margen los correbous ¿curioso?
El problema es que se habla del daño al animal, pero nadie habla del foi o de la caza en Cataluña (pegar un tiro a un ciervo a escondidas)... mas curioso
Lo dicho, esto no es un debate sobre los toros.
Y la prueba es que en cualquier otro lugar de España, sin un nacionalistas que usen este debate con otros fines, tal proposición no saldría adelante (más alla de lugares donde no hay costumbre y donde las corridas han muerto por sí solas.. sin ser un drama)
Creo que lo del foi es bastante distinto: tiene un fin alimenticio, aunque sea, ciertamente, algo aberrante.
Y la caza - aunque también estoy en contra - carece del ensañamiento que hay en la plaza. Suele ser una muerte limpia y rápida.
Dicho esto es fácil deducir que lo de los correbous a mí también me sobra, con lo que veo la prohibición de la corrida no como un fin, sino como una etapa hacia un fin más ambicioso.
Por el camino uno hace los socios que puede, como en el País Vasco uno hace los socios que haga falta para combatir el terrorismo, porque el fin bien se lo vale ;)
Sería ingenuo pensar que no hay una parte del voto antitaurino que es antiespañolista. Pero creo que es igualmente poco fiel a la realidad pensar que todo lo es. Y eso lo veremos, espero, en los próximos meses, si cunde el ejemplo de Catalunya en el resto de la península.
Un saludo,
i.
La deriva nazionalista en Cataluña ha llegado a una de sus cotas máximas.
La prohibición de los toros – que nada tiene que ver con un supuesto maltrato a los animales, sino con un intento de desespañolización de cualquier nexo que forme parte del acervo cultural común – supone una declaración de guerra formal, un puente de playa de la cada vez más cercana proclamación independentista al modo y manera de Companys en 1934.
Ya no es el simple acoso y persecución contra los castellanos parlantes, a los que dentro de poco les impondrán un brazalete amarillo con una “ñ” bordada, sino que estamos ante una demostración de estalinismo propiciado por ese Zapatero que ha dado alas a los nazis con barretina, hasta el punto que la prohibición es el método elegido para cercar la cada vez más menguada libertad de los ciudadanos.
El zapaterismo no sólo ha hundido economicamente este pais y ha llenado las oficinas del INEM con 5.000.000 de parados,los comedores de Cáritas con un millón doscientos mil dramas diarios y nuestras calles con 9.000.000 de pobres, sino que además ha demolido la Constitución y volado por los aires la unidad nacional.
Acabaremos mal.
Muy mal.
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