martes, 10 de septiembre de 2013

Oposición derogada

Si trata uno de aparcar temporalmente la herencia recibida por el PSOE y que tanto está costando remontar, e intenta centrarse en las alternativas que ofrece un partido que por segunda vez dejó España en una crisis económica y social, el resultado no puede ser más deprimente. Su falta de proyecto político es tan abismal que uno entiende cómo hemos llegado hasta aquí, el castigo que los ciudadanos les dieron en noviembre de 2011 y que, tras casi dos años de Gobierno en los que el PP está adoptando las medidas necesarias y duras (muy duras) para salir de la crisis, el PSOE no sea una alternativa real.

Uno podría pensar que tras “dejar España hecha unos zorros”, mostrarían algo de humildad o cuanto menos el apoyo a algunas medidas. Ni lo uno ni lo otro. Envolviéndose en una amnesia colectiva, desde el 21 de noviembre de 2011, el PSOE se ha permitido el lujo de dar lecciones para salir de una crisis en la que ellos nos metieron. Y desde que Rajoy es Presidente no han apoyado ni una sola medida importante; lo único que apoyaban era la retirada de cualquier iniciativa del Gobierno de Mariano Rajoy.

Los ciudadanos votaron al PP para sacar a España de la crisis y adoptar las medidas que fueran necesarias,  y sin duda, el concurso del principal partido de la oposición sería importante para la fortaleza de cualquier medida y su vigencia. Pero cuando los ciudadanos te dan una mayoría absoluta (con la misma voluntad y derecho con el que te la retiran) están diciendo igualmente que a los inmovilistas no se les espera, que tienes la fuerza parlamentaria requerida y la legitimidad democrática de los votos para llevar a cabo lo que entiendes es mejor para tu país.

Eso está haciendo el PP y el Gobierno de Mariano Rajoy. Y frente a eso, lo único que escuchamos de los señores y señoras socialistas es su oposición a todo y su promesa de derogar todo cuando lleguen, algún día, no se sabe cuando, al Gobierno. La reforma laboral, la ley que regula la creación de la CNMC, la actualización de las pensiones, las reformas para la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, la ley de educación todavía sin aprobar, la reforma del aborto que todavía no conocen… y ya he perdido la cuenta. Ha recurrido al Tribunal Constitucional la Ley de Costas, la Ley de Alquiler, la reforma de las prestaciones por desempleo, la ley antidesahucios (los mismo que se vanagloriaban de crear más juzgados para agilizarlos), la Ley de Tasas, la ley sobre las preferentes (los mismo que permitieron a los bancos generalizarlas) y un largo etc.

En definitiva que, los mismos que han destrozado la economía del país, quebrado las cuentas,  dejado 5,3 millones de parados y un sistema de bienestar insostenible, tienen como gran proyecto político la intención de eliminar todas las tareas de reconstrucción que los españoles estamos llevando a cabo.

Supongo que a eso se referirá Rubalcaba cuando hoy mismo dice que “tienen que presentar su alternativa”.




Pero ya la conocemos. Acabar con todo. Por eso mismo, los ciudadanos no se fían del PSOE, porque nunca será solución quien fue parte del problema y porque ningún proyecto político es capaz de suscitar la ilusión y el apoyo de la gente, si se construye sobre un eje tan destructivo como acabar con todo lo hecho y optar por el inmovilismo. Así no. Mientras, el PP seguirá trabajando por sacar a España de la crisis y explicando a los ciudadanos la ingente tarea en la que nos encontramos y que, sus sacrificios, los de todos nosotros, los de las millones de familias, se verán recompensados. Y el tiempo, como siempre, dará y quitará razones.

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