Me da asco

Hoy podríamos hablar de la quiebra de Habitat, de encuestas favorables al PP (salvo una, algo curioso, viniendo de quien viene), de los vuelos de Guantánamo (de todos, de los de la época de Aznar y los de Zapatero que son la mitad del total), podíamos hablar de las nuevas víctimas de violencia de género (la del exmarido con permiso de la cárcel a petición de la asesinada es algo que debe hacernos reflexionar).. En fin de una importante cantidad de temas. Pero tras el fin de semana, el sabor que se me queda es el de asco.

Asco el que me producen las declaraciones de Pepe Blanco atacando a Esperanza Aguirre.

Asco que me produce ver como políticos que se llenan la boca hablando de la pureza y limpieza de sus principios y valores, se gustan en el fango y la porquería de la demagogia.

Se me revuelven las tripas al ver como un eurodiputado progre-convergente como Ignasi Guardians, cobijado y seguro en la casa de un amigo en Bombay, critica que la Presidenta de la Comunidad de Madrid se viera obligada a salir como pudo de un atentado terrorista.

Me parece nauseabundo que toda la cohorte socialista y sus satélites, se lancen en tromba a decir que no hay nada de heroico en lo que pasó en Bombay y que aquello fue un “sálvese quien pueda”.

Me da asco esa manera de entender la política. Me da vergüenza que nuestra democracia llena de virtudes, haga al mismo tiempo posible que personajes de semejante calaña adquieran relevancia política y respetándolo al 100%, a veces me es difícil creer que haya gente que los respalde.

Arenas dijo este fin de semana que si Pepe Blanco no tenía categoría política, al menos la debería de tener humana. El problema no es la categoría, sino la vergüenza, la educación y el respeto. Y de todo eso, al menos adolece una parte de esa clase política.