martes, 5 de julio de 2011

¿Y si Teddy Bautista (SGAE) fuese concejal?

¿O diputado? ¿o Alcalde? ¿o miembro de un Gobierno Autonómico? En estos días en los que ha saltado la polémica acerca del “SGAEgate” sorprende ver esa doble vara de medir que tiene un sector de nuestra cultura (que no toda) acerca de los comportamientos éticos.

Quienes se han posicionado a favor de Teddy y bramado contra esta operación judicial han dicho cosas como: Es impensable que se lo haya llevado, es un escándalo y una operación con una mano negra, hay que tener en cuenta la presunción de inocencia, esta operación y el 23F son parecidas, gracias a la labor de Teddy los artistas tienen derechos que legítimamente les corresponden, es de “gilipollas” pensar que ha habido desvío de fondos, es una vergüenza cómo se les ha detenido, esto ha sido porque ganó las Elecciones el día anterior, se le está sometiendo a un juicio en los medios…

Son argumentos que a estos vigilantes de la “democracia real” no les valen cuando salta algún caso polémico que afecta a un político (del partido que sea). ¿Aceptarían como excusa de un político corrupto que ha hecho mucho por el pueblo? ¿Han respetado alguna vez la presunción de inocencia? ¿Han dicho algo cuando a algún político se le ha detenido con cámaras para a las pocas horas dejarle libre por la puerta de atrás de comisaría? ¿Cuántos políticos han sufrido penas de telediario para luego quedar totalmente absueltos sin que ninguno de estos “vigilantes” se indignara por ello? ¿Es legítimo entonces que haya quien pueda pensar que, quienes ahora defienden a Teddy y este entramado es que tienen algo que perder?

Sin duda, erradicar la corrupción es un tema cuya responsabilidad primera corresponde a los propios políticos, a los dirigentes y a los partidos. Pero en los últimos tiempos hemos visto cómo de un muy reducido número de casos se ha pretendido hacer causa general contra la política y los políticos. Desconozco el beneficio que puede tener deslegitimar a los partidos, a los políticos y a las instituciones para ganar en legitimidad propia, seas un medio de comunicación, un cantante, un escritor o un indignado, todos ellos de mi máxima consideración, más allá de que se representan a sí mismos.

En definitiva, desconozco en qué acabará este caso y no voy a hacer ningún juicio de valor sobre el mismo de momento. Diré lo que he dicho en otras ocasiones. El que meta la mano que pague pero la presunción de inocencia para todos. Los atenuantes, las filias y las fobias de poco valen. Y no, no es diferente un político de Teddy, porque por muy privada que sea la SGAE ( y sus socios), quienes pagan su sustento son el resto de españoles, con unos cánones y unas tarifas que deben ir al autor de turno y no al bolsillo de alguno. Pero repito, que se demuestre y entonces tocará hacer juicios de valor.

P.D. No tengo nada en contra del amigo Teddy y este no es un post dedicado a analizar la gestión o el papel que la SGAE (y entidades similares) juegan en el campo de los derechos de autor y propiedad intelectual, tema sobre el que tengo mi propio criterio ya formado pero que no era el objeto del post de hoy.

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