Ayer asistí junto a mis
compañeros del Partido Popular de Barajas a uno de los actos más sentidos que
tenemos en el barrio: el recuerdo de la muerte de Mari Luz Nájera. Para quien
no conozca su historia, durante las manifestaciones estudiantiles y el mismo día que la matanza de los abogados de Atocha en 1977, Mari
Luz fue la joven que murió por el impacto de un bote de humo de los
antidisturbios en la cabeza. Tenía 21 años.
(Se que uno de los mandamientos de un Blog es no extenderse mucho. Permítame estimado/a lector/a hacer un excepción pues el tema lo merece).
El recuerdo y y defensa de la
libertad y la democracia por parte de MariLuz en una de las etapas más convulsas de nuestra historia
se ha mantenido vivo gracias a su familia y a los vecinos del barrio entendiendo
por vecinos los que allí vivíamos y a las asociaciones. (Sí, estimado lector, existían vecinos y asociaciones en Barajas, antes de que llegaran los que dicen
“hablar en nombre de la gente”). Dicho recuerdo tuvo finalmente su merecido
reconocimiento en 2009 cuando se le dio su nombre a unos jardines del barrio y
se instaló un monolito en su recuerdo. Este hito tuvo 3 protagonistas: 1º su
familia con quien se contó desde el primer momento, 2º la Asociación AFAO que
ya en 1988 solicitó este reconocimiento y volvió a plantearlo en 2007 y 3º el
Concejal-Presidente del Distrito Tomás Serrano, uno de los concejales sino el
que más, más respetado y querido por los
vecinos.
No se trata de apuntarse nada, pero de cara a lo que sigue, sí que
conviene recordarlo: con una abrumadora mayoría del Partido Popular, Tomás
canalizó esa petición y la llevó adelante, contando con todos, uniendo a todas
las fuerzas políticas, sin sacar pecho de nada, porque Tomás es de esas
personas que trabaja para los vecinos, pero sin querer ser protagonista de nada,
porque el protagonismo era de ellos, de los vecinos, de MariLuz y su familia ¡cuánto
deberían aprender de eso algunos!
Pues bien, ayer se recordaba el
39 aniversario de su muerte. Otro aniversario más podría ser. Pero no. No lo
fue. Era el primer que se organizaba bajo el mandato de la nueva corporación
municipal encabezada en el distrito por la dirigente de PODEMOS Marta Gonzalez
Lahoz y tenían que dejar su huella, y doy fe que lo hicieron. Fue un infame uso
del recuerdo de MariLuz en 2 actos:
Acto1. Con el apoyo de la Junta Municipal, como no podía ser
de otra manera, tuvo lugar un acto en el Centro Cultural Gloria Fuertes, en el
que se proyectaba un video y había intervenciones. Era la primera vez que la
Junta asumía un protagonismo, ya que hasta entonces, el homenaje se dejaba en
manos de las asociaciones y vecinos.
La moderadora era un Vocal del
equipo de Gobierno y el video no era nuevo. Tenía al menos 4 años. Aquí se lo
dejo. La cartela inicial ya da una pista: CMI
Producciones.
En definitiva, lo “nuevo” en este
homenaje era poner un video viejo, de la Productora de PODEMOS que, más allá de
la condena y el reconocimiento a quienes murieron defendiendo la libertad y la democracia,
usaba la muerte de Mariluz para ahondar
en un revisionismo radical y en un
ajuste de cuentas sectario.
Posteriormente vino el coloquio
en el que participa la propia Concejala y un “representante de una asociación
relacionada con la memoria histórica.” La familia de MariLuz no habló. Y de
MariLuz los intervinientes hablaron poco. Vecinos, asociaciones y
representantes de todas las fuerzas políticas asistimos a un indecente mitin
hasta el punto de tener que oír que aquellos días del 77 no difieren mucho de
la España actual. (No me levanté en ese momento por respeto a la memoria de MariLuz
y a su familia, algunos de los cuales conozco).
¿Qué tiene que
ver la muerte de una joven en una época pre-democrática con el tipo efectivo de
impuesto que paga hoy una empresa del IBEX? En eso consistió parte del discurso
del representante de la memoria selectiva.
Del mismo modo
usó ese argumento claramente identificado con el ideario de PODEMOS: que la
Transición fue una traición, un pasteleo, un farsa. Poco menos vino a decir que las gentes de
izquierdas, aquellas que sí hacían oposición efectiva a la dictadura, que esas
gentes del Partido Comunista que se dejaron la piel en la Transición y, junto al resto, contribuyeron a una Transición
ejemplar y al nacimiento de nuestra democracia, que toda esa gente se vendió
por un plato de lentejas. ¡Qué fácil es insultar y revisar desde la comodidad
del año 2016 en un centro cultural junto al Campo de Golf de la Hinojosa!
39 años después de su muerte, 7
años después del reconocimiento oficial del Distrito, 7 años en los que la
concordia, el reconocimiento, el respeto y la memoria han impregnado estos
actos, asistí al miserable uso de quienes pretenden no solo reescribir la
historia, sino ajustar cuentas no se sabe con quién. Asistí a la displicencia,
las miradas y el rencor de algunos de los presentes por la asistencia de
quienes con aciertos y errores han trabajado durante estos 20 años (muchos sin
cobrar un €) por Barajas y sus barrios, por la asistencia de quienes dieron
forma a ese reconocimiento y cuyo compromiso con la democracia y con la figura
de MariLuz ha sido intachable todos estos años. Son precisamente esos discursos,
de representantes públicos y personajes sectarios que los acompañan, lo que
hace pervivir el rencor, el odio y la división, elementos que cada día forman
más parte de su proyecto político.
Acto 2. Tras el mitin fuimos a los Jardines de MariLuz
Nájera donde un grupo de vecinos, que no “los vecinos” organizaba el homenaje
que consistía en recitar unos poemas y dejar junto al monolito unas flores “moradas”.
Tampoco tomó la palabra nadie de la familia.
Ese acto fue el ejemplo de las
consecuencias que se buscan con ese torticero uso del dolor. Una chica muy joven, quizá de entorno a 25 años no
lo sé, recitó 2 poemas, obviamente no elegidos al azar.
Empezó con uno de Benedetti, “Reconciliaciones”.
Os dejo algún extracto.
Puedo reconciliarme
con la luna tediosa y congelada
pero nunca podré reconciliarme
con los buhoneros de la muerte
[…]
nunca podré reconciliarme
con los depredadores de mi gente
el aguinaldo de los delatores
la desmemoria de los fusileros.
Y siguió con uno de Neruda con un
título que lo decía todo: “Los enemigos”
[…]
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria,
pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte,
pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el
crimen,
pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía,
pido castigo.
Para los que defendieron este crimen,
pido castigo.
No quiero que me den la mano empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.
No los quiero de embajadores, tampoco en su
casa tranquilos,
los quiero ver aquí juzgados en esta plaza,
en este sitio.
Quiero castigo.
Se me heló la sangre. Yo nací en
1976 y esa joven, probablemente no había nacido cuando yo entré en el Instituto
de la Alameda. Pese a su rostro angelical y su agradable tono de voz, no podía
dejar de pensar en qué ha podido vivir esa chica, que le han contado, de qué
odios y rencores se rodea para que en pleno 2016 recite unos versos con una
mentalidad revanchista y pre-democrática. Dirán que es poesía, pero la poesía
dice mucho y unos versos no se eligen al azar. Si me la encontrara de nuevo me
gustaría preguntarle: ¿a quién quiere castigar? ¿a aquellos que lucharon por la
democracia que hoy disfruta? ¿a los hijos o nietos de algún dirigente ya
fallecido? ¿Qué mano no quiere estrechar? ¿la de socialistas honestos que
contribuyeron a crear este estado de bienestar? ¿la de familiares de dirigentes
populares que dieron su vida por la libertad que ella goza para decir esos
versos? ¿la mía por tener unas ideas políticas distintas a las suyas?
Este sectarismo, odio y división
en un pequeño distrito de Madrid ¿pasa en todo Madrid? ¿Pasa en otros sitios? ¿Es
esto lo que nos ofrecen los que dicen ser “pueblo”, los que dicen ser “gente”?
¿Los de la sonrisa y la alegría?
Lo vivido ayer por la mañana ha
terminado de agitarme en estos días de tanta incertidumbre. Los partidos que
han tenido responsabilidades de Gobierno en estos casi 40 años de democracia
han cometido errores y los han pagado, lo están pagando. Lo pagan en las urnas,
lo pagan en la crónica social, lo pagan quienes ponen la cara y tienen que
aguantar la crítica, cuando no el insulto o la agresión. Pero esa suma de
errores no echa por tierra el gran trabajo de una inmensa mayoría de políticos
honrados y comprometidos con la democracia, y desde luego ninguno de esos
errores resta un ápice de legitimidad a las sucesivas Cortes Generales que se
han constituido. Allí, ahí dentro, siempre ha estado la representación de la soberanía,
allí siempre ha estado representado el pueblo, la gente.
Por todo ello me niego a quedarme
impasible. Me resisto a que un proyecto sectario, radical y populista, no sólo
ponga en riesgo la recuperación económica y el bienestar social de mi país,
sino que logre inyectar el virus del rencor y el odio en mi gente, en mi generación y en las que me sucedan. Es indignante que quien fomenta estos sentimientos y división para apuntalar su visión sectaria de nuestra democracia, no sea precísamente una generación de
políticos cuya experiencia en dictadura sea la vivencia personal pasada en
España, sino el asesoramiento y el compadreo con otras actuales.
No podemos rehuir ningún debate,
ni permitir que reescriban la historia común. No es gracias a ellos que tenemos
una democracia consolidada, sino a pesar de gente como ellos, que buscan más lo
que nos divide que lo que nos une. Hay muchas cosas que me separan de mis
adversarios políticos, pero nunca he pretendido su aniquilación. Siempre he
pensado que por encima de grandes e insalvables diferencias ideológicas hay un
tronco común que nos une: la unidad de España, la unidad de los demócratas, la
libertad o la igualdad. Por eso quienes somos demócratas, quienes discrepando
respetamos al adversario debemos estar unidos, debemos aprender de los errores
y ser capaces juntos de seguir construyendo y reformando nuestro país, un país
con sus luces y sombras, con su historia, con sus momentos épicos y sus desastres,
pero en definitiva, seguir construyendo un país del que, como ahora, yo me
sienta orgulloso de pertenecer: España
P.D.Puestos a elegir, me quedo con este video, este sí hecho por una "asociación real" del Distrito en recuerdo al día en el que se inauguraron Jardines y placa. Todos juntos, asociaciones, vecinos y formaciones políticas, el barrio unido en torno a un símbolo MariLuz y una idea compartida: democracia y libertad
P.D.2 Se que no hace falta, porque ellos saben que quienes forman parte del Partido Popular de Barajas con su Presidente Tomás al frente, hemos estado a su lado estos años, pero nuevamente mi respeto a toda la familia de MariLuz. Hay miradas y gestos que se explican por sí mismos. Y sinduda su dignidad y respeto está muy por encima de quienes se dan golpes en el pecho y reparten carnets de demócratas. Ojalá el próximo año ésten a la altura que la figura de MariLuz merece.
P.D.3. De la mañana de ayer me queda eso sí un entrañable recuerdo. Mi reencuentro con Teresa mi profesora de EGB del Colegio Guadalajara, a escasos metros de los Jardines. Marta, compañera mía de clase y sobrina de MariLuz, me avisó de su presencia. Doña Teresa me recordó algunas de mis picias (me asombra la capacidad de recuerdo con sólo decirle el nombre) y la contesté de Usted no sólo por respeto sino porque 30 años después, súbitamente, se me acumularon los recuerdos y por encima de todos uno: ¡lo que me imponía Doña Teresa!. Su respuesta me sigue martilleando en la cabeza. Fue algo así como: “Alfonso, no pienso tratarte de Usted aunque seas diputado. Has sido alumno mío y ahora como representante político te debes a nosotros”. Como una madre regañando y aleccionando y con toda la razón. Fue la penúltima lección de Doña Teresa, un reconfortante ejercicio de “memoria histórica infantil” y un mandato claro para agitar mi conciencia.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo Alfonso. El análisis que realizas refleja a la perfección todo lo que vimos y sentimos los que asistimos la semana pasada al acto. Fue tal como lo indicas. Un saludo y gracias por exponerlo como tú sabes.
Publicar un comentario