martes, 8 de febrero de 2011

El centenario de Reagan

El pasado domingo 6 de febrero se conmemoró el centenario del nacimiento de Ronald Reagan, un personaje clave en la historia americana y con una influencia indiscutible en la configuración del mundo occidental que hoy conocemos. Entonces y ahora, sigue teniendo muchos detractores, o quienes simplemente tratan de minimizar su peso y su acción política. Pero con el tiempo “éstos otorgadores de carnets de demócratas” van perdiendo argumentos ante una realidad que les supera y que comienza a ser reconocida por eso que erróneamente llaman desde aquí, “la izquierda norteamericana”.

El lunes pasado Rafael Navarro Valls (gran conocedor de las interioridades e historia norteamericana), escribía un artículo muy recomendable en El Mundo (no he logrado encontrarlo en la web), en el que se exponía cómo dirigentes demócratas en EEUU no sólo valoraban la figura de Reagan sino que lo consideraban un referente.

Obama dijo en campaña electoral que su espejo era Ronald Reagan y no Bill Clinton, por su condición de “figura transformadora” de la política de EEUU. “Independientemente de los desacuerdos políticos que uno pueda tener con el presidente Reagan, y yo tuve unos cuantos, no se puede negar su liderazgo en el mundo, o su talento en comunicar una visión para América”.

Clinton, en el 89 cumpleaños de Reagan le dijo: “Su figura ha servido de fuente de inspiración para los americanos, yo incluido”

Pero supongo que estos elogios por quienes debieran ser sus adversarios políticos, no es suficiente en Europa (y menos en España) para reconocer el papel no de “un actor de Hollywood”, sino de uno de los actores que cambio las relaciones internacionales, puso fin a la Guerra Fría y contribuyo a derribar el Muro de Berlín, el muro entre la libertad y el socialismo.

En mi viaje a EE.UU, tuve la oportunidad de comprobar el respeto y admiración que se le tiene a su figura, no sólo entre los miembros del Partido Republicano, sino entre reconocidos demócratas (políticos y mediáticos). Y entonces como ahora, veía claro el motivo principal de este intento de desprecio de la izquierda española con el PSOE a la cabeza.

Si uno observa a Zapatero, su incapacidad, su falta de valentía política y de determinación, su incoherencia y falta de liderazgo, comprueba que es un modelo político en las antípodas de un Reagan que no sólo tenía un excelente dominio de los medios de comunicación, sino que supo combinar la firmeza ideológica de sus principios con la flexibilidad política y capacidad de acuerdo que se le exige a un gobernante, demostró una enorme fuerza moral en los momentos difíciles (personales y políticos) y cambió (como dice Navarro-Valls), el panorama político de Estados Unidos, incluida la forma en que los norteamericanos se veían a sí mismos.

Dos estilos, dos personalidades, dos maneras de ejercer el liderazgo completamente distinta. Se le atribuye a Reagan una frase que resumía su idea de Gobierno y su determinación para lograr las metas que se establecía: “Rodéate de la mejor gente que puedas encontrar, delega autoridad… y no interfieras”. Hace poco escuché a Mariano Rajoy una idea similar acerca de con quién contaría en el caso de lograr la confianza mayoritaria de los ciudadanos. Lo que está meridianamente claro, es que Zapatero habrá utilizado numerosos criterios a la hora de configurar sus Gobiernos, pero la meritocracia, la capacidad o la valía profesional y personal, nunca han estado entre esos criterios. Y así va el Gobierno y así nos va a todos.

P.D. Según he leído, es habitual que se conmemore el centenario de los presidentes estadounidenses, pero los organizadores en esta ocasión no han usado fondos públicos para ninguno de los eventos, ya que según ellos, iría contra la filosofía de Reagan de defensa de un Estado mínimo, y de los valores de autosuficiencia individual y austeridad gubernamental. Curioso.

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